Origen, contexto, evolución y futuro de la Formación Profesional
Synopsis
El nuevo orden global ha nacido a partir de la crisis del Estado de Bienestar y la superación de la figura del trabajador asalariado. Sólo existe una demanda generalizada: ser "individual y autorresponsable" (Beck), es decir, "emprendedor e innovador" (Sennett). Este nuevo axioma de gestión profesional trata de desplazar la forma de regulación basada en el reconocimiento de derechos colectivos. En estas sociedades de empresa, denominadas así por Foucault, tremendamente polarizadas y desiguales, se mantienen sectores del mercado sujetos a prescripciones tayloristas. Nos referimos concretamente a aquellos trabajadores obligados a trabajar duramente y encontrarse cada vez más hundidos en la pobreza y el endeudamiento. Dicha situación también afecta a determinadas áreas de profesionales cualificados, como los servicios sanitarios, la educación, el periodismo, la psicología, la ingeniería y la abogacía, entre otros. Este nuevo marco es simultáneamente taylorizante/destaylorizante, fordista/posfordista, por lo que resulta habitual acudir a la neutralidad de la meritocracia como justificación de casi todo: las personas que lo "merezcan" saldrán de la pobreza de manera continuada. En este sentido, la clase adinerada será poseedora de los valores y las habilidades del espíritu emprendedor, ocupando los trabajos no taylorizados, mejor valorados y remunerados. Esta actitud se convertirá en la mejor manera de vaticinar el ascenso social, en el que la clase media quiere continuar creyendo. ¿Cuál es el papel que se le ha adjudicado a la Formación Profesional en todo esto? Este amplio trabajo espera aportar argumentaciones que ayuden a contestar y entender la pregunta lanzada.